lunes, 20 de junio de 2011

La justicia al banquillo

Para que exista justicia aquellos que la imparten deben ser libres y no tener ataduras de ningún tipo, el poder judicial debe ser independiente de cualquier otro poder para realizar su tarea adecuadamente.
Todos estamos de acuerdo en esto y parecen verdades de Perogrullo, entonces ¿por qué aceptamos que los partidos tengan derecho a nombrar jueces? Esto no es más que una incongruencia si admitimos lo anterior y la prueba es lo que está pasando con el tribunal Constitucional, bloqueado por los partidos sin poder renovar a sus miembros. ¿No es ésto prueba fehaciente de que están interesados en nombrar a a unos jueces en concreto y no a otros? Si todos fueran independientes ¿qué interés podrían tener los partidos en empeñarse en colocar a sus candidatos? Me dirán, claro, pero la ideología de cada uno interfiere en su juicio y los partidos pretenden situar a aquellos que ideológicamente les son más cercanos para asegurarse sus sentencias.
Es cierto que los jueces no pueden despojarse de sus creencias a la hora de emitir sentencias pero siempre con arreglo a la ley y eso no asegura la sentencia en modo alguno porque habrá veces en que a pesar de estar posicionado ideológicamente en contra, tendrán que emitir juicios con arreglo a la ley que no les agraden, en eso consiste la profesionalidad y eso es lo que debemos perseguir. No es malo que cada uno interprete, en la medida en que la ley se lo permita, siempre y cuando sea independiente del poder, sea cual sea. Lo importante es que el poder legislativo esté en manos de la representación del pueblo y que sea éste el que dicte la ley que más tarde será aplicada por los jueces. Pero los jueces deben ser autónomos, como los profesores, por ejemplo. Por supuesto que todos y cada uno de ellos tendrán su ideología y ejercerán su tarea ateniéndose a ella pero DENTRO DEL MARCO DE LA LEY y eso es lo imprescindible. Lo que está ocurriendo en España es un descrédito para todo el poder judicial porque lo sitúa maniatado al poder político y genera muy poca confianza en él, yo diría más nos avergüenza!

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