martes, 9 de febrero de 2010

El museo de la inocencia de Orham Pamuk


Un libro apasionante e inquietante. No digo que lo sea para todo el mundo pero, como siempre, lo califico desde mi propia experiencia. Me ha gustado su forma de contar, la primera parte del libro se lee como un cuento clásico: un amor apasionado, limitado por los convencionalismos burgueses, que no opone resistencia sino que acepta esas limitaciones. Es en el momento de la petición de mano cuando Pamuk da un tour de force y nos describe una escena cuya lectura resulta fascinante y dolorosa como cualquier acto de pasión destructiva. A partir de ahí cambia el tono y entramos en un libro intimista donde, a la manera de Proust, buscamos recuperar la felicidad a través de los objetos que fueron testigos de ella.
Es en esta parte (que abarca hasta casi el final del libro) donde el libro me resulta inquietante e incluso morboso. La auto-humillación del protagonista llega a ser agobiante hasta que llegamos al final relajado de aceptación de la pérdida.
Es el Museo de la Inocencia un retrato social de la Turquía de la dolce vita que vive esa dicotomía entre la modernidad y la tradición, entre los aires europeistas y los conservadores con el sufrimiento que eso supone.
El libro empieza con una frase de Kemal: "estaba viviendo el momento más feliz de mi vida". Me produjo desasosiego y eso me hizo pensar: no soporto la falta de esperanza. Pero seguiré pensando en ello, me parece interesante todo lo que me sugiere