miércoles, 17 de junio de 2009

Una lectora nada común de Alan Bennett



Me gusta más el título en inglés "The uncommon reader" porque el traducido es demasiado explícito, lo que no sé si pretendía el autor, en cualquier caso la foto de la portada ya deja ver de qué lector va a tratar el libro. Supongo que es una nimiedad pero, a mí, siempre me gusta reconocer lo que ocurre a través de la lectura y no me gusta que me anticipen nada, una manía.
La novela es deliciosa, trata del placer de la lectura y de lo que aporta al que la practica, el poder que tiene no solo de enriquecernos sino incluso de transformarnos. Pero la lectura, como dice Bennett es, "entre otras cosas un músculo que ella, al parecer, había desarrollado." También trata de eso el libro, del placer que se va consiguiendo cuando se practica el gusto por la lectura, placer que cada vez es mayor a medida que se lee.
Bennett también nos critica, con una ironía exquisita, a sus compañeros de oficio, a los ministros y a los consejeros de la reina y llega a sorprendernos la idea que tiene de todos ellos. Resulta desmoralizador pensar que pueda ser cierta, aunque no sería de extrañar, a la vista de los hechos. El final del libro es magnífico desde todos los puntos de vista.
En definitiva una lectura recomendable, corta y placentera.

martes, 16 de junio de 2009

Un cuento de hadas


Acabo de terminar The Brooklyn Follies de Paul Auster y me ha gustado, es un cuento de hadas, como pongo en la entrada, donde todo termina bien después de muchos avatares en la vida de un montón de personajes que se entrecruzan en Brooklyn. Historia dentro de una historia que a su vez está dentro de otra y así sucesivamente, donde todo puede suceder y sucede para regocijo del lector. Es entretenida y optimista, como solo los cuentos pueden ser, a sabiendas de que la fantasía permite las situaciones más rocambolescas. Lo he pasado bien leyéndola y eso ya es suficiente. Bien escrita y bien estructurada es de las novelas que se leen de un tirón y terminas con una sonrisa aunque al final nos deje el recuerdo del 11 S, que, a mi juicio, le sobra.